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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Articulos de prensa

LOS OLMOS DE LA ALAMEDA

LOS OLMOS DE LA ALAMEDA

PASIÓN POR JAÉN

PASIÓN POR JAÉN

Diario Jaén el cuatro de febrero

Diario Jaén el cuatro de febrero

Mi artículo publicado en Diario Jaén, el 14 de enero 2018

Mi artículo publicado en Diario Jaén, el 14 de enero 2018

Mi artículo publicado en Diario Jaén 17 de diciembre 2017

Mi artículo publicado en Diario Jaén 17 de diciembre 2017

Mi articulo publicado en Diario Jaén Domingo 22 de Octubre.

Mi articulo publicado en Diario Jaén Domingo 22 de Octubre.

Mi columna en Diario Jaén publicado el 3 de septiembre. Jardines del norte. Besos para todos.

Mi columna en Diario Jaén publicado el 3 de septiembre. Jardines del norte. Besos para todos.

Artículo publicado el 26 de marzo en Diario Jaén por Carmen Camacho

Artículo publicado el 26 de marzo en Diario Jaén por Carmen Camacho

Artículo publicado el 26 de marzo en Diario Jaén por Carmen Camacho.

Artículo publicado el 26 de febrero en Diario Jaén por Carmen Camacho

Artículo publicado el 26 de febrero en Diario Jaén por Carmen Camacho

Artículo publicado el 26 de febrero en Diario Jaén por Carmen Camacho.

Mi artículo del viernes cuatro de noviembre en Diario Jaén... Érase una vez...

Mi artículo del viernes cuatro de noviembre en Diario Jaén... Érase una vez...

Articulo Diario Jaen Puntoes, en papel, todos los domingos, una vez al mes. 31,05, 2015. Jaén, tarde dedomingo. Por Carmen María Camacho

Articulo Diario Jaen Puntoes, en papel, todos los domingos, una vez al mes. 31,05, 2015. Jaén, tarde dedomingo. Por Carmen María Camacho

Diario Diario Jaen Puntoes, articulo, Domingo doce de abril, por Carmen María Camacho, solo en edición impresa.

Diario Diario Jaen Puntoes, articulo, Domingo doce de abril, por Carmen María Camacho, solo en edición impresa.

Diario Jaén. A MI MADRE Carmen María Camacho

Diario Jaén. A MI MADRE Carmen María Camacho

Diario Jaen Puntoes Articulo de opinión todos los Domingos de cada mes,25/01/2015.Por Carmen María Camacho

Diario Jaen Puntoes Articulo de opinión todos los Domingos de cada mes,25/01/2015.Por Carmen María Camacho

Es hermoso y digno el cantar de un poeta a la flor del almendro

Es hermoso y digno el cantar de un poeta a la flor del almendro

"FIESTA DE LOCOS" Articulo publicado en Diario Jaén 02/03/2014. Carmen María Camacho

En  Jaén de 1464, dice  la crónica del condestable Iranzo: con un “grande fuego de mucha leña”, corrida de sortijas a caballo, danzas y el “juego de los hortelanos”, que bien defendidos con armaduras vegetales y provistos de grandes calabazas, “hacían un torneo muy bravo de calabazas, dándose con ellas hasta que no quedaba ninguna sana”, y con un banquete finalizaba el martes de carnestolendas.

En carnaval   se invierten  valores,  físicos,  morales y sociales, es, una constante de tiempo carnavalesco.   Cambios de actitud, posición y orden de personas, animales y objetos se desarrollan de forma sistemática en esta época.  Un hombre se disfraza de mujer y una mujer de hombre,  un perro es manteado o un gallo apedreado, y  se sacan de las cuadras de los vecinos los aperos de labranza y se cuelgan de un árbol o se arrojan a un río, se está cumpliendo  el principio de inversión que domina todo el fenómeno carnavalesco. Que  ha sido interpretada como una estrategia social que sirve para aliviar los conflictos y tensiones latentes entre  los miembros de cada comunidad, especialmente entre quienes ejercen el poder y quienes lo sufren;  una especie  catarsis, que permite la expresión ordenada, reglada y temporal, durante un  limitado de tiempo, de las pasiones y tensiones reprimidas durante el resto de año, lo que, al fin y al cabo, refuerza la continuidad de la estructura socio-política y cultural

Durante el carnaval, la práctica de actos desenfrenados de todo tipo, la institucionalización transitoria del desenfreno y de la locura, vienen, a  ser  válvulas de escape que acaban reforzando el mismo orden social que el carnaval  temporalmente parodiar e invertir

Disfrazarse de modo ridículo.  Común es que el hombre se disfrace de mujer y la mujer de hombre.  Los disfraces masculinos con pieles y pellejos de animales, que se complementan a veces con cascabeles, campanas y cencerros.

Hacer parodias de las autoridades e instituciones (religiosas y políticas) de la comunidad. Hacer  parodia de su forma de vestir, de hablar, de hacer discursos.  Son  comunes las parodias de elementos culturales cristianos y la exaltación de los paganos… Realizar actos escandalosos y estrafalarios, hasta  convertir temporalmente la locura en norma de conducta. Las "fiestas de locos" medievales eran típicamente carnavalescas.

 La práctica de actos desenfrenados de todo tipo, la institucionalización transitoria del desenfreno y de la locura, vienen,  a servir de  válvulas de escape que acaban reforzando el mismo orden social que el carnaval pretende temporalmente parodiar e invertir.

CARTA AL REY MELCHOR (Publicado en Diario Jaén, cinco de Enero, 2014)

 

 

Por Carmen Camacho



Por esas cosas de la vida nunca  envié  esta carta, al rey Melchor.
Han pasado muchos cinco de enero, en Jaén, desde aquella noche de
reyes. Cuando  miraba la leña arder en la chimenea y buscaba en las
llamas algún destello de armiño rojo, el sonido de cascos de caballos,
 y  la  estrella... mis padres hacían que me durmiera antes para poder
hacerte invisible a mis ojos y de ese modo permanecer intacto en el
arcón mágico de mi pensamiento.



Como  ya sabes ha pasado el tiempo. Ahora tengo  mi parte de
responsabilidad, como en algún momento la tuvieron mis padres.

En aquella carta  hablan de la magia,  lo mágicos que somos; y por
negarnos como tal estamos ciegos ante nuestros corazones. Las miradas
pierden brillo y las armaduras crecen ¡Tenemos tanto miedo! De
entregarnos, de creer, de salir mal heridos.

Entonces caminamos entre sombras pidiendo deseos desesperados a gritos
lejos de la convicción de que podemos hacerlos posibles.

Para pedirte un regalo ahora tengo que apelar al niño pequeño y sabio
a lo que me resta de inocencia. Mi mirada está cansada muchas veces
nublada, mi corazón… ¿Dónde queda a veces nuestro corazón?   Hay
muchas cosas que no entiendo, sin embargo necesito seguir creyendo, en
la pasión, en el amor.

 Ahora en la edad adulta debo  asumir responsabilidades, no quiero
perder mi sonrisa ni el color de la inocencia en mi mirada; vi muchos
“grandes” con caras largas, con mochilas cargadas de cuentas no
resueltas empeñados en seguir anclados en un pasado irreversible,
irrevocable, tuve mucho miedo de ser como ellos.

Si ya sé yo tengo lo mío...  volviendo a lo nuestro te pido que quites
 de mis ojos las vendas invisibles,  que no me permiten ver la verdad,
dame fortaleza sin dañar  mi sensibilidad, dame tesón  sin volverme
caprichosa....

 Ahora  más que nunca,  querido Melchor, necesitamos de los sueños y
de las ilusiones para superar esta grave crisis. No puede existir un
desequilibrio tan grande como para no desear  el regalo de  la magia,
con toda nuestra fuerza, las ilusiones y  los sueños.

   Magia para poder creer en nosotros. Es todo lo que deseo encontrar
esta madrugada en mis zapatos.

Con cariño:

Una niña que ya creció

Mi articulo en Diario Jaén del ocho de diciembre NOCHEBUENA DEL AÑO 1821



NOCHEBUENA DEL AÑO 1821

Los aceituneros vuelven del tajo, voltean campanas de gloria. En las casas, la lumbre se ha encendido en la piedra de la candela junto a la pared, el “nochebueno” (tronco de olivo o encina que sirve de cabecero de una candela y se le llama así porque puede durar toda la noche) arrimador o trashoguero. El “nochebueno” en la nochebuena se irá requemando bajo la llama vivaz de las támaras de ramón, de los sarmientos, de la otra leña menuda. 
La mesa familiar, vestida, con mantel bueno esperan las viandas; pavo en pepitoria, morcillas, chorizos, lomo de orza, alfajores y piñonates, vino y anís. 
Carracas, panderos y zambombas. Se escuchan por la calle que tocan los niños que van pidiendo el aguinaldo, puerta por puerta ¿se canta o se reza? A lo que respondían los vecinos:
- Se reza en los casos en los que se había muerto un familiar. Todo el grupo rezaba o cantaba, según el deseo manifestado.
Entra, entra mochilero
con la mochila en la mano
hinca la rodilla en tierra
pa que te den el aguilando
El aguilando pedimos
no lo pedimos por falta
solamente lo pedimos
porque estamos en las Pascuas
Si nos da usted el aguilando
no nos lo dé usted en bellotas
que están las alforjas rotas
y no caben más que tortas.

EN RESPUESTA

No te has de quedar por encima
carilla de sinvergüenza
Esa copla que has cantao
no la has sabido cantar
metete en un gallinero
y acábala de estudiar.
EN RESPUESTA

Si me estuviera cantando
un año con doce meses
no me sentirían cantar
una copla por dos veces.

De repente comienza a silbar el viento de Jaén, cada vez más fuerte y con más violencia, empujando a los chiquillos, abriendo ventanas y puertas, arrancando árboles. Los habitantes de la ciudad, sobrecogidos, y arrastrados casi por el viento aferrándose a lo que pueden y entre ellos. Avanzan hacia la plaza de santa María para buscar refugio en la Catedral.
Es la nochebuena 1821, cuando llegan a la plaza, desolados, ven al viento doblar y casi partir las cuatro barras de hierro que cierran por el interior la puerta de la catedral, lo ven, entrar en el templo, con tal violencia que árboles, imágenes, cirios y hojas revolotean entre mezcladas. De seguro ha sido cosa del demonio.

PARQUE DE LAS FLORES (Publicado en Diario Jaén)

Detrás de cada parque hay una historia nuestra inevitable decadencia Los lugares abandonados personifican, de un modo crudo y bello al mismo tiempo, el poder e imperio del polvo. Son escenarios de la recolonización de la naturaleza y el más firme presagio de la victoria final de la suciedad y la basura.

 Los parques abandonados se reconvierten en "geografías del olvido" en las que sólo es posible reeditar un pedacito de su pasado. Su presente se sale de la historia, la deja fuera. De todas maneras  La historia queda confinada, sitiada, por el desparpajo de lo sucio. De los paseantes nocturnos que dejan, botellas vacías de alcohol en ese paseo de la desolación. Y pobres que duermen en los bancos y locos que te piden un cigarro cuando en las mañanas dormitan al sol. Sin niños, que paseen en bicicleta que dejaron de ser sitios de recreación  y se transformaron en  refugio de la desolación.

El silencio es quien somete, como un tiránico rey, a los lugares abandonados, condenándolos al solo sonido de los vencejos  aves intrusivas que los anidan y regentean.

 Los colores del otoño   y su brillo. Lo opaco señorea por doquier y una pátina de tristeza cubre absolutamente todo, dejando -en larga agonía- espacios otrora llenos de vida, de proyectos y esperanzas. Descoloridos, olvidados, sólo les resta esperar su completa desaparición.

Manchados, sucios, vestidos de polvo y mugre, humedad y umbría,  como  muestrario descarnados de la decadencia material de las cosas. Un anuncio.  Falsa eternidad de aquellas cosas que parecen quedar al margen del tiempo, lo que no queremos ver, lo que nos duele. Rodeados de vida, de voces, de sonidos urbanos,  en el corazón de nuestra ciudad  cajas de silencio y de decadente tranquilidad. Irónicamente la paz más absoluta se ha apoderado de ellos y el apaciguamiento experimentado en sus ambienten recrean  la falsa eternidad de aquellas cosas que parecen quedar al margen del tiempo. Desechos que nos despiertan a una realidad alternativa que, aunque queramos esconderla, nos acompaña siempre.

 

EL CAMINO DE JAÉN (Publicado ayer en Diario Jaén)

Por Carmen María Camacho Adarve

 

Jaén oculta y desconocida bajo un cielo de cigarras. Jaén,  donde el olivo tiene azahar en su cresta de espuma y lágrimas  de sal en la arquitectura antigua de su tronco. ” Con realidades de pan y aceite. Como  marineros de un mar de olivos, mirando al cielo como los marinos de donde tiene que llegar “el pan nuestro de cada día”.

Un bosque de olivos perdido en un Jaén, y retratado en una fotografía del recuerdo. Ciudad cargada de palmeras que según cuenta la leyenda plantaron los ángeles. Desde lejos cubierta por un polvo suspendido en pólenes de hiervas aromáticas, mezclándose con el atardecer de olivos, de un ocaso crepuscular.

 Parece que, ella, en su horizontalidad quisiera esconderse y así la tierra y los olivos la cubrieran. En  las cálidas noches de verano para no ser vista por ingratos visitantes, bajo un cielo de cigarras. Cuando la luna llena  se derrama encima del silencio de la tierra, de los olivos blancos. Va cantando  el agua de la acequia, entre los olivos, que despacio camina Jaén, que despacio, con sus campos de olivos y sus cortijillos blancos.