Blogia
TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Al amanecer los niños montaron en sus triciclos, y nunca regresaron... (del libro cuentos de una poeta)

Al amanecer los niños montaron en sus triciclos, y nunca regresaron... (del libro cuentos de una poeta)

 A la poeta le parece que: Las locuras de escribir no son las de antes, cuando los escritores hacían gimnasia con la escritura para ingresar en el olimpo de la demencia por las puertas grande del cielo.  Ahora, cualquier poeta que sale de las filas de vanguardias y camina por la senda de los maestros del cuento, de los versos, y los clásicos… ni siquiera es echado al fuego del silencio.  Se le lee en las universidades y basta.  Amén.  Hay excepciones clásicas que recuerdan, en su talento y actitudes, mejores épocas de la literatura.  “Al amanecer los niños montaron en sus triciclos, y nunca regresaron”...  Leopoldo María Panero: los críticos no saben si es un gran poeta porque está loco o (es un gran loco porque es poeta).

 

 La esquizofrenia es una mina llena de genios que doblan el pulso de sus propias esquinas, quitándose sombras y fantasmas de encima, cruzando las calles de las grandes ciudades con los ojos vendados para no ver la masacre.

 

  ¿Estuvo alguna vez loco el viejo Borges o su visión de Argos literario nublaba toda otra realidad?

 

 Según Bertrand Russell, Alicia en el país de las maravillas, escrito por un matemático al que le entró un pavor loco cuando echó un vistazo al futuro y vislumbró lo abismal lo oscuro de la persona -por los siglos de los siglos-, representaba para él una fuga hacia un maravilloso país de sueños frente a las locuras de la realidad.

 

 Otro tanto dijo de los libros de Alicia Henry Miller, de quien todavía dicen algunos que no es un escritor erótico sino pornográfico.  La diferencia según me contó un marginal y loco escritor, harto de vino, y por lo demás muy cabal y justo, en un antro: “El erotismo es tuyo y la pornografía es el erotismo de los demás”.

 

 Podemos hacer el mismo juego con la locura de escribir (y su paralelo de leer) y se encontrarán a tres calles del manicomio de la historia universal de la literatura frente a la infamia que representa la realidad histórica de los datos, fechas y episodios exactos.

 

  ¿Acaso la exactitud y la verdad eliminan la locura?  ¿Se enfrenta al poder?  “como el loco Gandhi “a la locura del Imperio Británico en la India.

 

 Son y somos un puñado de escritores y filósofos locos por la libertad para la que escribimos los versos más tristes cada noche de locura que transitamos por los muladares lejos de; -la política es cultura-

 

  No, ya no hay, salvo excepciones, locos como los de antes, que dejaban de escribir porque habían llegado a la locura definitiva en su callejón sin retorno o se habían vuelto rematadamente locos por su obstinada grafomanía.

 

  Quedan textos-advertencia, de los peligros de la escritura para quienes: locos lúcidos (pocos) y locos de atar (muchos) entran por propia voluntad o por error irreparable en el jardín de las delicias donde sólo encontrarán la dantesca realidad de la angustia, la soledad y la nada.

 

 

©Carmen María Camacho Adarve

0 comentarios