No llores poeta
¿Por qué lloras? Poeta... No llores cuando te acuerdas como tu hermana mayor carente de dulzura. Utilizo tu títere de madera para encender una vieja estufa. Ignorando sus buenos modales de hija modélica de familia si preocuparse de tu alma partida...Mientras decidías hacerte poeta. La inmolación de tu amigo el títere buhonero en el altar de las naderías, te dio un asomo, de medida de todas las cosas.
No llores poeta por las niñas que llevan ramos de flores y matan títeres de madera. Quemándose con el perfume de su inocencia negociable. No llores por los títeres de madera y especialmente por el títere buhonero el que ardió silenciosamente y de forma inútil. Piensa en el niño, que levanto tres veces la cabeza, de una lección, en un libro viejo de historia de España.
Sabes, aquel poeta fue un niño que se apareció a otros niños. Creció como tu, sin saber, como, ni por que. Un buen día se encontró consigo mismo y cruzo -como tu- el espejo.
©Carmen María Camacho Adarve
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