JAÉN ESTÁ HECHA DE VIENTO (Publicado en Diario Jaén) Por Carmen María Camacho Adarve
Marzo no está hecho de días sino de lluvia. Por las faldas de las sierras cercanas se descuelgan lienzos de agua que cubren los tejados con una capa brillante y aceitosa que cae sobre la ciudad como lienzo sobre rostro de doncella. He decidido ir nuevamente en tu busca, he decidido encontrarte. Marzo está hecho de tardes breves y oscuras. Jaén está tallado por lluvias repentinas, por una mezcla de viento y de furia que hace llorar los ojos, que marca el carácter de las personas, que no deja pensar, sólo encoger los hombros mientras bajo camino a tu casa, acercándome todo lo posible a las fachadas para que nadie me vea, para que no me alcance el viento, este viento que hizo leyendas, que abrió las puertas de la Catedral dañando pesadas cancelas, forzando los goznes, que arrancó tozudamente la cruz del Castillo en varias ocasiones recordadas; viento arrebatacapas que silba en las viejas puertas de la ciudad y la atraviesa con un grito kárstico discontinuo y roto, aullido de garganta dolorida; viento que trae la lluvia y la aleja de pronto; viento que perturba el sueño de los niños y la tranquilidad última de los acogidos al Neveral; viento que bufa en la Mella, que trae tu olor con las primeras oscuridades cuando os encuentro, tomados de la mano, en la cercanía de tu casa donde decido seguir vuestros pasos con cautela, no quiero ser descubierta, quiero ver sin ser vista, una sombra, mirar sus manos amplias, hacedoras, cogiendo las tuyas, de venas azuladas, manos que entre las suyas parecen indefensas, los dedos abandonados, conducida con aparente facilidad por esta calle ancha y ruidosa donde todos parecen haberse conjurado para encubrir mi presencia en medio del vendaval desapacible con que el día quiere acabar; porque sé que marzo acabara pronto, la primavera está cercana y cuando entras en la iglesia camino de una paz que no encuentras de ninguna otra forma, aguardo que llegue un tranvía imposible a recoger lo que queda de mí, lo que queda de nosotros.
2 comentarios
Jnj -
Nadie sabe cómo ha sido."
Machado sabía que la primavera era un milagro que guardamos en el corazón o en un apunte en la cartera. La llevamos dentro, por eso siempre está cerca. Incluso en invierno, incluso en otoño.
Salu2.
Francisco -
intuitiva. He leído tu poema,creo que podría llamarse también así.También tengo afinidad con Jaén y con la primavera,harto un poco de tanta lluvia.Pero su canto es bello ahora en el campo.Escúchala, cómo arrulla por entre sencillos cauces...
Sugiero una respuesta.Hablaremos...si tienes tiempo o si la lluvia no te lo impide.