UNA MARIPOSA BLANCA
Poema por Bulerias - Lole & Manuel
UNA MARIPOSA BLANCA
La tarde de mediados de marzo, era bella había un sol jovencillo tímido que a ratos se ocultaba tras alguna nube blanca que tachonaban el cielo. Era el día de tu Santo me maquille de forma sencilla, mis pendientes de lapislázuli, me puse un vestido muy elegante azul y una rosa blanca encima de mi pecho, de tela, muy hermosa. Ya sabes que soy la dama de las rosas siempre me has llamado con ese nombre, desde niña en mis pies unos tacones altos malvas.
Fui a felicitarte, era tu Santo siempre lo habíamos celebrado con alegría te lleve unas margaritas del color de mi vestido. Ya hace más de diez años que voy a verte, es verdad que de tantos hijos que tuviste nadie te visita, a saber, dicen que los supera que no pueden afrontar que ya no estés. Y te pregunto si no pueden ir al cementerio ¿serán capaces de afrontar cuando les toque su propia muerte? Vale ya se que me estoy metiendo en camisa de once varas y que tu te entristeces. Cuando llegue delante de tu nicho de granito gris, llore no quería llorar ni estropear tu día. Sabes me vinieron muchos recuerdos y vivencias de hoy. Como vivo, alejada de todos, si cada uno hizo su vida con mas o menos fortuna y me fueron dejando sola, bueno sola no tengo una hija preciosa a la que tu adorabas. Te pido pendón y a la vez te doy las gracias por el regalo tan bello que me hiciste para que dejara de llorar.
Ayer por la tarde, mientras lloraba. Fue tan hermoso que casi me averguenzo de lo poca cosa que soy.
No se como lo hiciste pero nadie me ha regalado tanta belleza. Mientras permanecía en pie, frente a la lapida, una mariposa blanca revoloteaba me rodeo varias veces luego fue hacia unas flores amarillas de esas que salen solas en las aceras, en la tierra junto a los nichos. Deje de llorar para observarla. La mariposa fue subiendo rozando las lapidas y supe que buscaba por que eras tu el que estaba haciendo lo que yo llamo milagros, si buscaba un clavel rojo y en el se poso unos instantes bajo hasta tu nicho, luego volvió a rodearme. Supe que era una de nuestras canciones que tanto nos gustaban aquella vieja canción decía; sobre un clavel se poso una mariposa blanca y el clavel se molesto blanca la mariposa y rojo el clavel rojo como los labios de quien yo se… voy a buscar esa canción para dedicártela. Eres tan bueno de corazón tan grande que tu alma ha crecido a lo largo de estos años tanto que sigues dando paz a quien se acerca la tarde de marzo crecía en solemnidad.
©Carmen María Camacho Adarve
Encontre la canción, escuchala de nuevo es preciosa y te la dedico.
0 comentarios