AUTORRETRATO (Carmen María Camacho Adarve)

Salvador Dali (Figueres, España 1904-1989),
representó vivamente ese período. El supo convertir sus sueños y desenfrenos
imaginativos en un estilo personal que logró embrujar a muchos, y lo hizo
trascender.
La carta de presentación de sus obras son sus títulos, evocadores de
algo inesperado o diferente; algunos descriptivos, y todos originales.
Muchos de ellos son largas frases poéticas y chocantes, que también han
contribuído a categorizar y distinguir a este artista Impresionista (gran
parte de su obra puede ser asociada con ese estilo); entre otros recuerdo: La
Persistencia de la Memoria (1931), Rostro de Mae West el Cuál Puede Ser Usado
Como un Apartamento Surrealista (1934-35), El Fantasma de Verneer de Delft
el Cuál Puede ser Usado como Mesa (1934), Carne de Gallina Rinoceróntica
(1954), y Velázquez Pintando la Infanta Margarita con Luces y Sombras de su
Propia Gloria (1958). Dalí, aparentemente, no quería ser parte anónima de
una estética generalizadora; su individualidad debía prevalecer.
Aquellos que no aprecian su obra tampoco pueden fácilmente
descalificarla o disminuirla, pruebas de evidente maestría lo impiden. En
cualquiera de sus creaciones están las huellas palpables de su genialidad
técnica e imaginativa.
Por deseo expreso de la familia y ayudado económicamente por los hermanos del padre el joven Picasso viaja a Madrid en el otoño de 1897, ya que allí estaban como profesores Muñoz Degraín y Moreno Carbonero e inicia estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la vez que participa de la vida de la ciudad, acudiendo a los cafés, paseando por las calles y frecuentando sobre todo el Museo del Prado, donde descubre la pintura española del Siglo de Oro: Velázquez, El Greco, Murillo o Goya. La obra de algunos de estos artistas le serviría de inspiración más de una vez en el futuro, tanto como motivo central de sus lienzos (el gran conjunto de obras dedicadas a Las Meninas en 1957), como para el desarrollo de sus más emblemáticas series de grabados, de las que es buen ejemplo la Suite 347, datada en 1968, y en la que una Celestina de ascendencia goyesca aparece en repetidas ocasiones como personaje fundamental del relato.
La infanta Margarita a los cuatro años
Técnica, acrílico
©Carmen María Camacho Adarve
Pintura, en pastel de las torres de la catedral de Jaén con niebla
©Carmen María Camacho Adarve.
Trapo antojo;en cartón, pegatinas, acrilicos, y telas.
© Carmen María Camcho Adarve