TE OLVIDAS DEL PAN
Tú que vienes por el viento con la vida en la espalda; tu que ha visto tantos amaneceres , que das sentido a la estación de las rosas y de los sueños; tú que ahora te olvidas del pan por las mañanas, y de rezar a un Dios que apenas lo presientes, dime, ¿el hombre se siente solo frente al mundo? ¿Las sombras surgen sin que nadie las llame? Con tu vida en las espaldas, tú sabes que los caminos de la vida son estrechos, que hay que andarlos con los pies descalzos con las manos pidiendo cosas desde arriba; por eso hay que mojarse los ojos con estrellas y lluvia, porque del final de los caminos solo queda el recuerdo, el perfume de las rosas, y tal vez el amor repartido con llanto en unos ojos. Con tu vida ahora olvidada, tu que conoces el mar mejor que los marineros y tu cuerpo esta virgen en sus olas, que sabes el encanto de una noche sin luna y sabes sus dolores, tu que ha visto morir a tantos hombres y has visto nacer a tantos niños, dime ¿dónde está el camino que nunca se termina? Donde está el camino de las rosas olvidadas; dime ¿dónde está la paz y donde está la fuente?
©Carmen María Camacho Adarve
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