REGOZIJOS EN FERIA ( Publicado en Diario Jaén)
La feria principal de Jaén se celebraba del uno al quince de agosto. A mediados de los años cincuenta del siglo XX entró en declive debido a las nuevas costumbres, por lo que se decidió pasar la feria principal a San Lucas, en el mes de octubre.
Luz, sonido, música y color. Las luminarias en el Ayuntamiento, la Catedral y casas de vecinos. Repique de campanas, música con chirimías, tambores y atabales. Fuegos artificiales, bailes y otros espectáculos mayores, corridas de toros, máscaras, juegos de cañas. Todo el programa de feria se llamaba "regocijos", eran en gran medida fechas principales de diversión en la ciudad sufragado por el Ayuntamiento.
1847, “El Guadalbullón”, periódico local
De la feria se está hablando desde que se concluye hasta que se vuelve; para la feria son las promesas de un traje a la esposa o a la hija; de un juguete al niño;... la feria es el toque de llamada que reúne en Jaén a los vendedores de torrados y pasas, de rosquillas, de anises, de telas, de juguetes, de cereales y de ganados, la que convoca a los ricos de los pueblos de la comarca y a los jóvenes más distinguidos de la provincia;... la feria, en fin, es la que trae a Jaén una compañía de cómicos que han pasado de la categoría de aficionados a la de cómicos de la legua... Así es que los giennenses están hablando de la feria desde que se levantan hasta que se acuestan”.
En otro artículo, este mismo periódico decía:
“Comedia trágica de costumbres, político-religiosa, dramática-satírica, jocoso-comercial, burlesco-amorosa, miscelánea y baturrillo de todas las cosas más malas del mundo..., obra maestra de gran aparato escénico, de mucha tramoya, con un diluvio de escotillones y representada en estos días por el pueblo de Jaén (el beneficiado) y sus coadjutores los pueblos del contorno en trajes de macareno..., decálogo facineroso que pasa a cuchillo al otro decálogo..., broma pesada y fecunda de desazones que duran hasta otra función; lance bonito para ver los toros desde un andamio; garito y cloaca para los aficionados, y no caben de pies; excelente laboratorio como manejado por truhanes y gitanos, y todas las gentes que no dice verdad, que es la mayoría redonda...”
Las fiestas intentaban cumplir la misión de elevar el ánimo de una población sufriente.
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Andrea Vargas -