LORCA, UNA CIUDAD HERIDA.
Autora: Ana Esmeralda Piña Recuenco
Miembro de la Asociación de Nuevos Escritores de Campello y Alicante (ANUESCA)
El pálpito de la ciudad de Lorca se vio bruscamente interrumpido el pasado 11 de mayo por dos terremotos, de 5,1 y 4,5 grados de magnitud en la escala de Richter. A partir de aquella fatídica tarde, la vida de los lorquinos cambió para siempre.
Múltiples réplicas de los seísmos principales se produjeron en las horas siguientes. La de mayor magnitud fue a las 22: 37, hora local, que alcanzó los 3,9 grados Richter. Todo el país se conmocionó al conocer los datos sobre la envergadura de la catástrofe sísmica: 9 fallecidos, más de 300 heridos, más de 20.000 afectados y una ciudad que vivió con el corazón encogido durante las horas posteriores, ante el temor por las nuevas réplicas que se iban produciendo.
Desde el primer momento toda la nación se volcó con el pueblo de Lorca: Cruz Roja y bomberos de varias comunidades se movilizaron para atender a los afectados, se instalaron campamentos en donde se suministraban alimentos y ropa a los damnificados, etc. Pero han transcurrido varios meses y esa solidaridad ya no es tan palpable como en aquellos primeros instantes. Sin embargo, tengo fe de que siga estando ahí y que tan sólo sea un tesoro escondido que haya que izar a la superficie; porque a día de hoy miles de ciudadanos de Lorca todavía no disponen de una vivienda digna que ocupar, y un gran número de negocios y pequeños comercios permanecen cerrados a la espera de las indemnizaciones económicas.
Según la prensa, hasta el 4 de septiembre el ayuntamiento lorquino registró una media diaria de 20 expedientes de demolición, ya que esa era la fecha límite para que el coste de los derribos fuera financiado por el Estado. Ello ha provocado un frenético trabajo contrarreloj de los servicios municipales de Urbanismo para resolver el mayor número de expedientes posibles porque, según las palabras del propio alcalde de la localidad: “Sería tremendo que los damnificados tuvieran que correr con los gastos de demolición por la ruina estructural que les causaron los seísmos de mayo”. Mientras tanto, los lorquinos se cuestionan por qué a su drama personal y económico tienen que añadirle tantos y tan tediosos trámites burocráticos.
Además de todo ello, decenas de estructuras de hierro se han convertido en una sujeción temporal para todos los monumentos históricos de Lorca, mientras esperan que les llegue el momento de su rehabilitación. Para colmo de males, como todo el mundo sabe, en la época otoñal la zona vive en amenaza de gota fría, lo que incrementa el riesgo de deterioro y peligrosidad de dichas estructuras y monumentos, en caso de producirse. ¡Ojalá que dicha rehabilitación no llegue demasiado tarde y la población pueda recuperar todo el esplendor de su patrimonio histórico!
Afortunadamente, ya se han dado numerosas muestras de solidaridad con el pueblo lorquino, tanto a nivel nacional como internacional. En el ámbito de nuestro país, de entre las múltiples muestras de ayuda que Lorca ha recibido, uno de los últimos casos que he leído en la prensa y que más me ha llamado la atención es el de un pueblo llamado la Cuenca de Soria que, aunque en invierno tan sólo cuenta con dos habitantes, ha sido capaz de promover este pasado verano un concierto solidario a través del cual pudo recaudarse 1200 euros, que fueron directamente destinados a los damnificados del terremoto.
Además numerosas entidades, tales como la selección española de fútbol o el Real Madrid, así como diversas personalidades dentro del panorama musical nacional, como Camela, Melendi y Carlos Núñez, entre otros, se han volcado para ayudar en el infortunio de esta localidad. A nivel internacional, una de las aportaciones más destacables fue el donativo de casi 25.000 euros, hecho por la ciudad francesa de Mauguio Carnon a la Mesa Solidaria de Lorca.
Pero la magnitud de la catástrofe ocurrida hace que todos estos esfuerzos sean insuficientes y sea necesario una mayor movilización por nuestra parte.
Como dijo uno de los mayores representantes de la libertad y la solidaridad del pasado siglo, Martin Luther King :“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos como hermanos”. Ya está bien de mirar hacia otro lado cuando alguien sufre. Debemos de aprender a vivir en armonía y en honestidad con nosotros mismos y movernos a favor de un pueblo vecino, en el cual un mal día la madre naturaleza les arrebató a sus habitantes todo lo que tenían. Han visto caer sus hogares, sus trabajos y sus señas de identidad como castillos de naipes y como toda expectativa de futuro les ha sido arrancada de una manera feroz. Me gustaría citar también una frase del gran escritor y periodista uruguayo, Eduardo Galeano, que refleja muy bien este sentir que debería de movernos a cada uno de nosotros “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
En esta línea y con el fin de contribuir en la ayuda a dicha localidad, desde ANUESCA, Asociación de Nuevos Escritores de Campello y Alicante, se ha gestado el “X Encuentro Nacional de Escritores y Poetas a favor de los damnificados de Lorca”. Gracias a más de 50 artistas y su solidaridad, ha visto la luz este macro evento promovido por dicha asociación, y sobretodo a través de la excelente y ardua labor de su directora, la escritora Dña. Harmonie Botella, que de manera altruista se ha volcado en la organización de este encuentro. Será el próximo 19 de noviembre en la Casa de Cultura de Campello, a partir de las 19 horas.
Cabe destacar que una vez más ANUESCA se vuelca con los más desfavorecidos, tal y como lo hizo en multitud de ocasiones anteriores. A modo de ejemplo citaré que ya el pasado mes de mayo del presente año, poco después de los fatídicos terremotos, en el “V Festival de la Palabra: Palabra en el Mundo” ya se hizo una primera recogida de fondos para Lorca.
Espero que todo el mundo tome conciencia de la enorme importancia de asistir a este acto, en donde podrán disfrutar de las mejores voces poéticas del momento, y de diferentes actuaciones más, que seguro serán del agrado de todos. Pero sobretodo y bajo la consigna de “Lorca somos todos”, acudamos para poner nuestro pequeño granito de arena ante una ciudad devastada por la fiereza de las fuerzas de la naturaleza.
Es momento de entender la humanidad como un todo solidario del que cada uno de nosotros somos una pieza indispensable para que el motor del mundo gire. Es momento de olvidarnos de actitudes arcaicas como: “Eso no me puede pasar a mí”, o de mirar hacia otro lado ante el sufrimiento ajeno. Es hora de que nuestras voces se alcen al unísono y que nuestros corazones palpiten acompasados con un solo leitmotiv: LORCA.
Para finalizar, desearía que para este evento del próximo día 19 de noviembre, la Casa de Cultura de Campello se llene con cientos de asistentes y este acto sirva para mitigar un poquito el dolor de las heridas de un pueblo que aún siguen sangrando: LORCA.
¡¡Os esperamos!!
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