LOS GIRASOLES MUERTOS POR EDUARDO OWEN
Seis sonrientes girasoles
Llegaron a alojarse en el florero azul,
Que habita el centro
De nuestra mesa del comedor :
El primer día,
A dos los mató la noche :
Se ven cabizbajos,
Desposeídos de sus vidas,
Con sus pétalos
Desordenadamente cubriendo sus ojos,
Sus tallos ostioporósicos se han curvado,
Alejándose de la línea vertical
Que los sostenía…
Como yo,
Se ven viejos,
Con los hombros caídos de sus cuellos,
Deslizándose hacia el suelo,
Sus hojas son unos pedazos de papel arrugado
Que alguna vez fueran verdes,
Los otros girasoles,
Con sus ahora semi-sonrisas,
Se interrogan mutuamente
Con sus monóculas miradas :
Por qué la noche
Se ensañó con nuestros hermanos?
Ayer,
Cuando nos vinimos a acostar,
Jugueteaban con nosotros
Pataleando con sus tallos
En el agua del florero…
Tal vez,
Al negarle la noche
Acceso al brillo de su oscuridad,
Mató sus cerebros?
Tal vez,
Como nuestro nombre y apellido lo recitan,
El no tener un sol hacia el cual girar
Durante la noche,
Destrozó sus corazones?
Hoy,
Cuando la aurora llegó a despertarnos,
Con toda su frialdad,
Sus muertes nos miraron muy de cerca
En la cara :
En el espejo de sus vidas inertes,
Vimos reflejado
El futuro de las nuestras…
(R.I.P.
hermosos girasoles,
fallecidos prematuramente…)
Eduardo Owen
0 comentarios