La fábula de Venecia tres
La muchacha tenía diecisiete años y estaba bailando en su casa cuando escucho que la llamaban sus padres. Presurosa llego; en la sala, un matrimonio la esperaba; su madre le dice que al día siguiente tenia que partir para Venecia para casarse con el cuñado de su hermana un matrimonio concertado.
Por favor un momento… –les dice- y sale corriendo a despedir a sus amigas que aún bailaban. Las besa mientras les dice con lágrimas “mañana viajo a la Italia”.
Una última mirada al muchacho, estaban enamorados, él absorto no entendía nada; solo atinó a decir ¿por qué?
Llegaron a Crepuscolia un frío 25 de diciembre. Tenían que ir en góndola. Mientras navegaban los miró y les pregunto con desilusión “¿Esto es Venecia? En Buenos Aires las viviendas no flotan dentro del agua. La llevaron junto al novio a la Venecia la vieja casona; vestía una falda azul, un abrigo de piel corto, medias a tono con la falda y también al de sus ojos; Estaba vestida a la moda italiana. Tocaron la puerta de la habitación. Aparecieron un juez y el sacerdote para celebrar el casamiento. Era domingo.
©Carmen María Camacho Adarve
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