La fábula de Venecia cuatro
La fábula de Venecia cuatro
Julio Cortazar cerró la puerta de su cuarto, en la Venecia, y se encontró en una habitación diminuta, con un colchón sobre el piso cubierto con sábanas verdes, un lavabo junto a la entrada y una ventana cerrada y empañada. Se oía el goteo acelerado de la lluvia en el techo. Eso y la mujer de la habitación de enfrente, sentada en la cama, con un abrigo de piel corto, una falda azul tenue y los pies descalzos, lo excitaron un poco.
crepuscolia es una utopía…
©Carmen María Camacho Adarve
1 comentario
Pablo -
Un beso Carmen.