MI DESIERTO Y YO por Eduardo Owen
Como horizontes paralelos
Viven en mi memoria
Todos los amaneceres
Y puestas de sol secos
Del desierto,
Que trajera en mi vieja maleta
Cuando dejé el suelo
Que trajo la luz del sol
A mis ojos por vez primera :
Aquí,
Ahora,
Yacen mis recuerdos
Semi-asfixiados por la nostalgia,
Por la falta de desierto,
Por el exceso de verde árbol
Que han saturado mis pupilas
Por más de tres décadas…
Allí,
Entonces,
Más allá de las olas,
Dejé otras tres décadas
De promesas que me hiciera,
Cientos de horas de sueños,
De ilusiones,
Muchos de los cuales
Jamás lograron escapar
De las manos de la fantasía,
Otros,
No lograron atravesar
El océano conmigo,
Se ahogaron en el camino…
Hoy,
Ahora,
Rumiando mi pasado,
No queriendo estar presente
En mi presente,
Huyendo del futuro,
Y su amiga la muerte,
Que pacientemente me esperan,
Vuelvo a sentir el desierto de ayer,
Rodeado por los árboles de hoy día,
En la yema de mis dedos,
Que ansiosamente sueñan
Con volver a acariciar
Sus piedras y su arena :
Mi boca sabe a aire de desierto,
Mis oídos escuchan
Claramente su silencio,
Solamente interrumpido
Por el cálido susurro
Del viento arremolinado,
Bajo la planta de mis pies
Siento las piedrecillas de río seco
De la pre-cordillera chilena,
Mordiendo suavemente mi carne
Con sus prehistóricos dientes…
Desierto de Atacama,
Tus hermosas imagenes
Retratadas por mi memoria,
Enmarcadas por mis sentimientos,
Y yo,
Moriremos rodeados de
Eucaliptos australianos :
Tú y yo viajaremos juntos
A mi tumba de tierra de pasto
Que alimenta a vacas, ovejas y canguros,
(para vivir mi muerte
olor a piedras y arena secas tuyas,
a tu lado,
para siempre).
Eduardo Owen
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