MINUETO
La casa grande era fresca. El reloj de la sala daba la una. Pedro descansaba en la hamaca, el color de sus ojos, tristes, azul opalino intenso. María barría del patio nubes de polvo de flores secas. Y el aire traía de lejos perfume de los jazmines. Había pasado el tiempo de las rosas. Y el amor era dulce. La luz entraba tímida. Como una estrella descolgada del cielo, entre las hojas de la parra. Noche de luna. Polvo de estrellas.
2 comentarios
carmen maria -
Abrazos
Francisco Javier Illán Vivas -