No ha sido uno, sino dos. Dos tomates de la huerta murciana en los “gloriosos” pinreles del flamante Presidente del Banco Mundial Mr. Paul Wolfowitz, ahí, fresquitos, a la vista de todo el mundo, dejando asomar unos deditos gordos en busca de auxilio ante el apriete de unos Lotusse un tanto ajados. Si no fuera porque supuestamente dicha institución tiene entre sus principios supuestos fines humanitarios (compensar la feroz guerra de la riqueza contra la pobreza y ese tipo de utópicas ingenuidades) la ajafoto en cuestión del Sr. Wolfowitz (qué curioso, su antecesor en el cargo también tenía un apellido lobezno, Mr. James Wolfensohn, razón predadora, quizás necesaria, para regentar cualquier institución bancaria. “Home homini Lupus”, nos dejó ya clarito Hobbes en su “Leviatan”, allá por el diecisiete), dicha ajafoto, decía, sería un buen argumento para alimentar con sorna aquellos tratados contra la usura que redacto el insigne poeta norteamericano Ezra Loomis Pound, (que acabó locuato y acusado de traición por su patria). No viene a cuento pero por eso mismo ofrezco aquí el comienzo del famoso Canto XLV de la monumental obra poética de Pound: The Cantos, (una de las más proteicas de este siglo, sin duda):
“With usura hath no man a house of good stone each block cut smooth and well fitting that design might cover their face...”
(Si tienen tiempo para aplicarlo a la cosa inocua de la poesía, en este enlace pueden escuchar al viejo y cansado Pound recitar su famoso poema: http://salonmedia.vo.llnwd.net/o1/mp3s/pound.mp3)
Pero, no, que va, la cosa no debe dar para el alucine poético, y queda mucho más pedestre. Este Sr. Lobito II, que con tan tranquilo espíritu saca sus dedillos a pasear por la alfombra de una mezquita turca, (¡Por Ala, que pestufi!) no es más que otro ex-cargo del Pentágono, (Otro “Señor de la Guerra”, si cantásemos por Dylan, y van...), que el ex-borracho Bush, ese otro monstruo de las galletas más loco que Calígula, en uno de sus deliriums tremens propuso al Banco Mundial, otro de esos mastodontes burocráticos que se limitan a monicalewinskear al inquilino de la “Güait Jaus”, sea blanco, negro o le huela el pijo. Este Sr. Lobito II (alias Tomatito’s) además de ser uno de los halcones de la política estadounidense y uno de los impulsores de la Guerra de Irak no va más allá de ser uno de los guiris más cerdos que se pueda llevar uno al careto hoy en día. Y para que no se me acuse de exagerado (como si mis calcetines no adoleciesen de ojos de buey) basta con que se visionen las imágenes que grabó el impagable Michael Moore (ese nuevo Savoranola “antimedicis” metido en arrobas) en su documental antibelicista “Blowing for Columbine” donde se puede observar a este cerdete Sr. Lobito, indigno incluso de las camadas puerquiles, empapar el peine en saliva antes de retocarse el tupé de ese asqueroso pelo grasiento que le afea la testa. ( aquí el enlace con musiquita y todo para vérselo y creérselo: http://www.youtube.com/watch?v=V9nzBWcTSVM).
En fin, enhorabuena a los probes del mundo, el que vela por sus intereses les dedica tanta pasta a sacarlos de la pobreza que no repara en gastos ni para zurcidos ni para carzetines ni para gominas. Menuda tropa. [Por cierto que según Unit Ozurem, vicepresidente de la Asociación de Productores de Calcetines de Turquía, Mr. Tomatito (Ay, Camarón, cántale un fandanguito) “llevaba calcetines de procedencia china” y se ha mostrado convencido de que “no habría tenido problema de este tipo si hubiera llevado un producto turco”. Ya saben: a tomate revuelto, ganancia de pecadores].
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