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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Piedra

Piedra  

LA PIEDRA NEGRA

 

 El hombre camina por la calle que sube hasta el cerro.  A lo lejos una mujer muy joven y hermosa.  ÉL camina con paso rápido hasta alcanzarla.  Se sorprende gratamente del saludo cariñoso de la muchacha y la frescura de su juventud la protege con un aura de virginidad tabú.  Él no puede evitar mirar sus piernas al descubierto bronceadas con exquisitos matices dorados.  Ella viste un pantalón corto diminuto de color tierra y una camiseta blanca de algodón que transluce juveniles pezones con esa aurora erótica de la adolescencia en la tez blanca.

 

 -Buen hombre, ¿tendría usted la amabilidad de acompañarme hasta la "Piedra negra"  Es que me parece una buena persona y no me gusta andar sola, es mas usted habrá oído la leyenda de <la bruja Zaina y la piedra negra>

 

-Por supuesto muchachita que se esa vieja historia de la hechicera encantada con mucho gusto te acompañare.

 

-La muchacha camina delante del hombre.  El no le quita la vista de encima andado tras ella.  Ninguno de las dos hablaba son dos personas que se acaban de conocer.  Esto le permite a él dejar volar su imaginación erótica ante tan suculento bocado.

  Siguen caminando y por fin llegan a los riscos que anteceden a la piedra negra es inútil tratar de narrar la lucha interna de el hombre, su virilidad, los principios morales, firmemente arraigados desde crío.

 Empiezan a escalar, hermosa, fresca y rosada ella.  Él debatiéndose Después llegan a un (un claro) en el bosquecillo que precede a la "piedra"...

 

Y ahora sí, su sorpresa es mayúscula porque sin mediar palabra ella se desnuda -como puedes ver quiero copular contigo-, antes debes saber que solo puedo con lobos, tengo que convertirte en ese animal, lo puedo hacer si tu das tu consentimiento y expresamente dices < ahora puedes transformarme en un lobo>

¿Estas de acuerdo?

 

La contemplación de semejante pozo sagrado había obnubilado cualquier trazo de racionalidad en Alberto.  En instantes estaba enunciando “puedes transformarme en lobo”.

 

La escena que sigue es difícil de narrar.  Un lobo hermoso montando una bella joven.  Animalidad, éxtasis entorno de magia y exuberancia.  La bella y la bestia...

 

-Buenas tardes señora, somos amigos de Alberto y desde el domingo no le vemos sabemos que él había salido por estos parajes, ¿lo ha vito?

 

-Disculpen ustedes pero el domingo yo vi a un hombre con esa muchacha ¿como se llama...? ah sí...  Noelia ¿ustedes la conocen, no?

 

-No nunca hemos oído hablar de ella"

 

-Es es lo único que les puedo decir al respecto.

 

-Muchas gracias señora.  Adiós.

 

-No te pareció raro el perro de esa anciana, parecía un lobo, más que su fiereza era como si quisiera decirnos algo.

 

-Sí, es cierto ¿Qué raro no crees?

 

  

   

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