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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Suerte

Suerte

  A pesar de ser un campesino muy pobre, tenía un

  caballo extraordinario, tan fino que el señor

  del castillo quería comprárselo, pero el viejo

  labriego se rehusaba a vendérselo.

  -Para mí, este caballo no es solamente un animal,

  es un amigo. ¿Cómo puedo vender yo a un amigo?

  Una mañana el labrador entró al establo y no

  encontró a su caballo. Al enterarse, los

  vecinos le dijeron:

  - Te lo advertimos. Debiste haber vendido el

  caballo, te negaste y ahora te lo robaron.
  !Qué mala suerte tienes!


  El viejo hombre les respondía:

  - ¿Mala, o más bien buena suerte?

  Todos se burlaban de él.

  Dos semanas después, el caballo regresó

  seguido de una manada de potros salvajes.

  Su corcel había escapado detrás de una hermosa

  yegua y retornaba ahora con la manada entera

  siguiéndolos.

 

- ¡Qué suerte! -exclamaron los vecinos.

  El viejo hombre inició entonces con su hijo

  la tarea de domar los caballos. Una semana más

  tarde, el muchacho se rompió una pierna entrenando
  a los potros.


  - ¡Qué infortunio! ¿Quién lo va a relevar,si no tiene
 

  tiene cómo contratar a un reemplazo

 -comentaron los vecinos.
 

  El anciano les contestó:

  - ¿Mala, o buena suerte?


  Pasaron unas semanas, cuando de repente el ejército

  real llegó al pueblo y enlistó a los jóvenes en sus
  filas.

  Todos fueron enrolados excepto el hijo del viejo,

  quien no les interesó, porque tenía una pierna

  fracturada.

  - ¡Qué suerte tienes! -le dijeron los vecinos

  llorando-. A nuestros hijos se los llevaron a la

  guerra y probablemente morirán, mientras tu hijo

  permanecerá contigo.

  Conmovido, el viejo hombre replicó:

- Buena o mala suerte, ¿quién sabe?

 

            

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