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Confesiones de un economista

Confesiones de un economista CONFESIONES DE UN ECONOMISTA

periodistadigital.
John Perkins: "Confesiones de un Asesino Económico a Sueldo"


En su libro 'Confesiones de un Economic Hit Man', John Perkins describe
cómo él mismo, como un profesional muy bien pagado, ayudó a EE.UU. a timar
a países pobres alrededor del mundo en trillones de dólares prestándoles
más dinero del que ellos podrían alguna vez pagar y para luego hacerse
dueño de sus economías.

Hace 20 años, Perkins comenzó a escribir un libro con el efectivo título:
'Conciencia de un Economic Hit Man'.

Perkins dice, 'El libro iba a ser dedicado a los presidentes de dos
países, hombres que habían sido sus clientes, a quienes yo respeté y de
pensamientos afines -Jaime Roldós, Presidente de Ecuador, y Omar Torrijos,
Presidente de Panamá. Los dos murieron en accidentes de aviones. Sus
muertes no fueron accidentales. Ellos fueron asesinados porque se
opusieron a esa fraternidad de corporaciones, gobiernos y elites bancarias
cuya es el imperio global.

Nosotros, los Economic Hit Man fallamos en obtener de Roldós y a
Torrijos... y otro tipo de Hit Men, los chacales castigadores de la CIA
que siempre estaban detrás de nosotros, llevaron a cabo su tarea.

John Perkins sigue en su escrito: 'Fui persuadido para detener el libro
que escribía. Cuatro veces más lo retomé durante los siguientes veinte
años. En cada ocasión, mi decisión para recomenzar fue influida por los
eventos del mundo actual: la invasión norteamericana de Panamá en 1980, la
primera Guerra del Golfo, Somalía, y el surgimiento de Osama Bin Laden.
Sin embargo, las amenazas o sobornos siempre me convencieron que lo
detuviera'.

Pero ahora Perkins ha publicado finalmente su historia. El libro es
titulado 'Confesiones de un Economic Hit Man'. A continuación, una
entrevista con el autor.

AMY GOODMAN: Explíquenos este término, el 'Economic Hit Man', E.H.M., como
usted lo llama.
JOHN PERKINS: Básicamente para lo que fuimos entrenados para hacer y lo
que era nuestro trabajo fue construir al imperio norteamericano. Para
traer, para crear situaciones, en dónde tantos recursos como sea posible,
fluyan a este país, a nuestras corporaciones y a nuestro gobierno y de
hecho nosotros hemos tenido mucho éxito. Hemos construido el imperio más
grande en la historia del mundo. Se ha llevado a cabo durante los últimos
50 años desde la Segunda Guerra Mundial, realmente con muy poco poderío
militar. Sólo en casos raros como Irak dónde el ejército entra como el
último recurso. Este imperio, al contrario de cualquier otro en la
historia del mundo, se ha construido principalmente a través de la
manipulación económica, a través de las estafas, a través del fraude, a
través de seducir a los pueblos en nuestro estilo de vida, a través de los
Economic Hit Man. Yo fui, seguro, una parte de todo eso.

AMY GOODMAN: ¿Cómo llegó a serlo? ¿Para quien trabajó?

JOHN PERKINS: Inicialmente fui reclutado mientras estaba en la Escuela de
Negocios a finales de los sesenta por la Agencia de Seguridad Nacional, la
organización de espionaje más grande y menos comprendida de la nación;
pero finalmente trabajé para las corporaciones privadas. El primero y
realmente 'Economic Hit Man' fue Kermit Roosevelt, nieto de Teddy, a
principios de los años 50, quien derrocó al Gobierno de Irán, un gobierno
democráticamente elegido, el Gobierno de Mossadegh que fue la persona del
año de la revista Time; y tuvo un gran éxito en hacer esto sin gran
derramamiento de sangre, aunque hubo alguna pero fue sin intervención
militar, simplemente gastó millones de dólares y reemplazó a Mossadegh con
el Shah de Irán. En ese momento, entendimos que esta idea de un Economic
Hit Man era sumamente buena. No teníamos que preocuparnos por la amenaza
de guerra con Rusia cuando lo hacíamos de esta manera. El problema con eso
era que Roosevelt era un agente C.I.A.. Él era un empleado gubernamental.
Si le hubiesen cogido, habríamos tenido muchos problemas. Habría sido muy
embarazoso. Así que, en ese punto, se tomó la decisión de usar
organizaciones como la C.I.A. y el N.S.A. para reclutar a los potenciales
Economic Hit Man, como yo, luego enviarnos a trabajar para las compañías
consultoras privadas, empresas de ingeniería, empresas de construcción,
para que si nos descubrían, no hubiese ninguna conexión con el gobierno.

AMY GOODMAN: De acuerdo. Explíquenos sobre la compañía para la cual trabajó.
JOHN PERKINS: La compañía para la cual trabajé era una compañía llamada
Chas. T. Main de Boston, Massachusetts. Éramos aproximadamente 2,000
empleados y llegué a ser el jefe economista. Terminé teniendo cincuenta
personas que trabajan para mí. Pero mi trabajo real era hacer tratos. Fue
dando préstamos a otros países, grandes préstamos, más grande que lo que
ellos podrían rembolsar. Una de las condiciones de los préstamos -digamos
de 1 billón de dólares a un país como Indonesia o Ecuador- era que este
país tendría entonces que devolver el noventa por ciento de ese préstamo a
una compañía o a compañías norteamericanas para construir la
infraestructura -a la Compañía Halliburton o a Bechtel.
Éstos eran los grandes. Esas compañías entrarían entonces y construirían
un sistema eléctrico o puertos o carreteras y éstos servirían básicamente
sólo para unas pocas de las familias más adineradas en esos países. Los
pobres en aquellos países serían finalmente atrapados con una asombrosa
deuda que ellos posiblemente no podrían rembolsar.
Un país hoy en día como Ecuador simplemente debería destinar sobre el
cincuenta por ciento de su presupuesto nacional para pagar su deuda. Y
realmente no puede hacerlo. Así que, nosotros los tenemos literalmente
encima de un barril. Así, cuando nosotros queremos más petróleo, vamos a
Ecuador y decimos, 'Pareciera que usted no puede rembolsar sus deudas, por
consiguiente entregue su bosque lluvioso Amazónico que está lleno con
petróleo a nuestras compañías petroleras. Y hoy estamos entrando y estamos
destruyendo los bosques lluviosos del Amazonas, forzando a Ecuador a
darnos porque ellos han acumulado toda esa deuda. Así que nosotros hacemos
este gran préstamo, la mayoría de él regresa a los Estados Unidos, el país
queda con la deuda más un montón en intereses y ellos se transforman
básicamente en nuestros sirvientes, en nuestros esclavos. Es un imperio.
Es un imperio enorme.

AMY GOODMAN: Usted dice que debido a los sobornos y a otra razones usted
no escribió antes este libro. ¿Qué quiere decir con ello? ¿Quién intentó
sobornarlo, o cuales fueron los sobornos que usted aceptó?
JOHN PERKINS: Bien, acepté medio millón de dólares de soborno en los años
noventa para no escribir el libro.

AMY GOODMAN: ¿De quien?
JOHN PERKINS: De una gran compañía de ingeniería de construcción.

AMY GOODMAN: ¿Cuál?
JOHN PERKINS: Hablando legalmente, no fue un soborno, fui pagado como
consultor. Esto es todo muy legal. Pero esencialmente no hice nada. Estaba
implícito cuando acepté este dinero como consultor para ellos que yo no
tendría que hacer mucho trabajo, pero no debería escribir ningún libro
sobre el asunto, por lo cual ellos eran conscientes que estaba en el
proceso de escribir este libro que en ese momento yo llamé 'Conciencia de
un Economic Hit Man'.

AMY GOODMAN: Bien eso es ciertamente cómo el libro dice.
JOHN PERKINS: Sí, y lo fue, ¿sabe usted? Cuando la Agencia de Seguridad
Nacional me reclutó, ellos me pusieron durante todo un día en el detector
de mentiras. Averiguaron todas mis debilidades e inmediatamente me
sedujeron. Usaron las drogas más fuertes en nuestra cultura, sexo, poder y
dinero, para seducirme. Vengo de una vieja familia de Nueva Inglaterra,
Calvinista, empapada en valores morales increíblemente fuertes. Pienso que
soy, usted sabe, soy sobre todo una buena persona y realmente pienso que
mi historia muestra cómo este sistema y estas drogas poderosas, el sexo,
el dinero y el poder, pueden seducir a las personas, porque fui seducido
ciertamente. Y si no hubiese vivido esta vida como un Economic Hit Man,
pienso que me sería difícil creer que alguien hace estas cosas. Y por eso
escribí el libro, porque nuestro país realmente necesita entender, si las
personas en esta nación entendieran acerca de lo que es realmente nuestra
política exterior, acerca de la ayuda al exterior, cómo trabajan nuestras
corporaciones, dónde va nuestro dinero de los impuestos, sé que nosotros
exigiríamos cambios.

AMY GOODMAN: En su libro, usted habla sobre cómo ayudó a llevar a cabo un
esquema secreto que hizo fluir billones de dólares de los petrodólares de
Arabia Saudita de vuelta en la economía norteamericana y eso extensamente
consolidó la íntima relación entre la Casa Saudí y las sucesivas
administraciones norteamericanas. Explíquenos.
JOHN PERKINS: Sí, fue un tiempo fascinante. Recuerdo bien, usted es
probablemente demasiado joven para recordar, pero yo recuerdo bien a
principios de los años setenta cómo la OPEP ejerció este poder que tenía y
redujo los suministros de petróleo. Nosotros teníamos los automóviles en
filas en las estaciones de gasolina. El país tuvo miedo que estuviera
enfrentando otro crash/depresión tipo año 1929; y esto era inaceptable.
Así, ellos -el Departamento del Tesoro me contrató a mi y a unos pocos
E.H.M. Fuimos a Arabia Saudita.

AMY GOODMAN: ¿Usted les llama Economic Hit Men -E.H.M.?
JOHN PERKINS: Sí, era un término en tono de burla, como nos llamábamos
nosotros mismos. Oficialmente, yo era el economista jefe. Nos llamamos
nosotros mismos E.H.M. en tono de burla. Nadie nos creería si les
dijésemos esto. Y fuimos a Arabia Saudita a principios de los años
setenta. Nosotros sabíamos que Arabia Saudita era la llave para deponer
nuestra dependencia o controlar la situación. Y trabajamos el siguiente
trato con la Casa Real Saudita, ellos estarían de acuerdo en enviar la
mayoría de sus petro-dólares de regreso a los Estados Unidos e invertirlos
en bonos gubernamentales norteamericanos. [Lo que China hoy en día,
gracias al multibillonario comercio de bienes fabricados en su territorio
y exportados hacia Estados Unidos, está haciendo exactamente. Nota del
Editor].
El Departamento del Tesoro usaría el interés de estas bonos para contratar
compañías norteamericanas que construirían las nuevas ciudades de Arabia
Saudita, la nueva infraestructura -lo cual hicimos. Y la Casa Saudí
estaría de acuerdo en mantener el precio del petróleo dentro de límites
aceptables para nosotros, lo cual han hecho durante todos estos años y
nosotros estaríamos de acuerdo en mantener la Casa Saudí en el poder
mientras ellos cumplieran su parte, lo cual nosotros hemos hecho, lo cual
es además una de las razones por la que fuimos a la guerra con Irak en
primer lugar. Y en Irak nosotros intentamos llevar a cabo la misma
política que tuvo tanto éxito en Arabia Saudita, pero Saddam Hussein no la
compró. Cuando los hombres EHM fallan en este escenario, el próximo paso
es lo que nosotros llamamos los chacales. Los chacales son de la gente de
la C.I.A. que entran e intentan fomentar un golpe o una revolución. Si eso
no funciona, realizar los asesinatos o intentan llevarlos a cabo.
En el caso de Irak, ellos no pudieron acabar con Saddam Hussein. Sus
guardias personales eran demasiado buenos. Él tenía dobles. No pudieron
terminar con él. Así la tercera línea de defensa, si los EHT y los
chacales fallan, son nuestros hombres y mujeres jóvenes [del ejército] que
son enviados a morir y matar y eso es lo que obviamente hemos hecho en
Irak.

AMY GOODMAN: ¿Puede explicarnos cómo murió Torrijos?
JOHN PERKINS: Omar Torrijos, el Presidente de Panamá había firmado el
Tratado del Canal con Carter -y, sabe usted, pasó en nuestro Congreso por
sólo un voto. Fue un asunto muy discutido. Y Torrijos entonces también
siguió adelante y negoció con los japoneses para construir un canal a
nivel del mar. Los japoneses quisieron financiar y construir un canal a
nivel del mar en Panamá. Torrijos habló con ellos sobre la Corporación
Bechtel que estaba muy disgustada, cuyo presidente era George Schultz y
Director jefe del Consejo era Casper Weinberger.
Cuando Carter fue apartado [y eso es otra interesante historia], cuando
perdió las elecciónes, y entró Reagan, Schultz asumió como Ministro de
Relaciones Exteriores desde Bechtel y Weinberger vino desde Bechtel para
ser Ministro de Defensa, ellos estaban sumamente enfadados con Torrijos
-intentaron hacerle renegociar el Tratado del Canal y que no hablara con
los japoneses. Él se negó rotundamente. Él era un hombre de firmes
principios, tenía sus problemas, pero era un hombre de principios.
Torrijos era un hombre asombroso. Y así..., murió en una caída de avión en
llamas que se conectó a una grabadora con explosivos en su interior. Yo
había estado trabajando con él. Supe que nosotros los EHM habíamos
fallado. Supe que los chacales estaban rodeándolo y... su avión explotó
por una grabadora con una bomba en élla. No hay ninguna duda en mi mente
que fue la rúbrica de la C.I.A. y la mayoría, muchos investigadores
latinoamericanos, llegaron a la misma conclusión. Por supuesto, nunca
oímos sobre esto en nuestro país.

AMY GOODMAN: ¿Cuán estrechamente trabajó con el Banco Mundial?
JOHN PERKINS: Mucho, muy estrechamente con el Banco Mundial. El Banco
Mundial proporciona la mayoría del dinero que es usado por los EHM, el
Banco Mundial y el F.M.I. Pero cuando fue el golpe de Septiembre/11, tuve
un cambio en mi corazón. Supe que la historia tenía que ser contada porque
lo que pasó en Septiembre/11 es un resultado directo de lo que los EHM
están haciendo. Y la única manera que nos vamos a sentir seguro nuevamente
en este país y que nos vamos a sentir bien con nosotros mismos será si
usamos estos sistemas que hemos puesto en el lugar, para crear cambios
positivos alrededor del mundo. Creo realmente que podemos hacer eso.
Ayudar auténticamente a los pueblos pobres. Veinticuatro mil personas
mueren cada día de hambre. Podemos cambiar eso.

[*] John Perkins, Trabajó para la Firma Consultora Internacional Chas T.
Main desde 1971 a 1981 donde se autodefinía como 'Economic Hit Man'.

Transcripción de una entrevista en el programa de Ammy
Goodman-democracynow.

2 comentarios

Anónimo -

muchas gracias ¡si el mundo¡
este loco mundo¡ es un disparate entre los pobres y los ricos.
Octavia
besitos

Octavia -

Ya conocía el libro , y me encanta que lo hayas traído hasta aquí...

Sigo leyéndote aunque no siempre tenga tiempo para dejar unas palabras.

Un beso.