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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Cuentos orientales

LA POETA QUE NO VIO…

LA POETA  QUE NO VIO…

Conocí a una poeta que tenía sed de oro. Una mañana se vistió con elegancia y se fue a la plaza de España. Apenas llegó  a la joyería, se apodero de una pieza y se escabulló.

 El policía que la aprendió le preguntó:- ¿Por qué robo el oro en presencia de tanta gente?

-Cuando tomé el oro –respondió-, no vi a nadie.  No vi mas que el oro.

 

©Carmen María Camacho Adarve

PINTAR FANTASMAS

PINTAR FANTASMAS



A un buen amigo mio, artista y pintor -le pregunte-
-¿que cosas son mas difíciles de pintar?
-caballos, perros y cosas semejantes -me respondió-
-¿Cuales son las mas fáciles? -indague-

-fantasmas -me aseguró-, conocemos todos a los caballos y a los perros, los vemos con frecuencia y es difícil pintarlos. Son temas complicados. Los fantasmas están por todas partes y no tienes forma precisa. Por eso es tan fácil pintarlos.

LA SOSPECHA

LA SOSPECHA

Un hombre perdió su hacha; y sospecho del hijo del vecino. Observó la manera de caminar del muchacho -exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven -idéntica a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones l

o denunciaban culpable del hurto.. 

Mas tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho le parecían muy diferentes a los de un ladrón.

ZANGABURRA

ZANGABURRA

 

 

 

 Tzun –gung, el filosofo, viajaba por las regiones del norte junto al río Han, vio a un anciano labrando la huerta. Había excavado una zanja de riego. El hombre bajaba a  hasta el manantial, llenaba unas cubas con agua a brazo y las vertía en la zanja. Su trabajo era muy duro y de  gran esfuerzo, sus resultados eran pequeños.

 

Tzun-gung se acerco hasta el hombre y le dijo: -Se  una forma de trabajar con la que podrías llenar mas de cien zanjas en un solo día,  avanzarías mucho en tu trabajo con muy poco esfuerzo.

 

¿Quieres que te las diga?  Alzóse el hortelano; lo miro y dijo: -¿”Qué medio puede ser ése?-

 

Tzun-gung replicó: -Coged una pértiga de madera, ligera de punta, con un peso en la otra. De este modo podrás sacar agua tan deprisa que se derramará. Eso se llama una zangaburra-

 

El enojo asomó al rostro del anciano, que dijo: -He oído decir a mi maestro que cualquiera que utilice una máquina hará todo su trabajo como una máquina, y el que lleva en el pecho un corazón se le volverá como una máquina perderá su sencillez se sentirá en las luchas de su alma. La inseguridad en las luchas del alma no se aviene con la honestidad.

 

-No es  que  no conozca tales cosas. Es que me avergüenza usarlas-

 

© 2008 Carmen María Camacho Adarve