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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

Se Ha Puesto el Sol por E. Owen

Se Ha Puesto el Sol por E. Owen

 

 

Prólogo :

 

Fairfield,

El suburbio de Sydney donde vivo,

Es el más cosmopolita de Australia,

Es un lugar de transición,

Que cientos de inmigrantes y refujiados

Que no tienen al inglés como su primer idioma,

Llaman su primer hogar

Cuando recién llegan

A este país...

 

Se ha puesto el sol,

Las luces de los pasillos

Y las de las entradas de los edificios

De departamentos

Que rodean a nuestro « town house »,

Automaticamente abren sus brillantes ojos

Para lanzar sus vívidos reflejos

(como flechas ardientes)

Hacia la oscuridad de la noche...

 

Simultáneamente,

Los vecinos del barrio

Cierran las persianas,

Prender las luces interiores

Y el televisor,

Y

Terminan de preparar la cena,

Actividades que marcan

El comienzo del fin

De otro día de trabajo

En un hogar típico

De este vecindario

Donde viven caras de muchos colores,

Donde los diarios aconteceres

Se comentan en muchas y distintas lenguas...

 

Viviendo en uno de los departamentos

Encontramos a una familia,

Probablemente de inmigrantes o refugiados,

Como casi el cien por ciento

De los que vivimos en esta parte de Sydney,

Que al final de un largo día

Se reune para cenar :

La hija mayor

(arrastrando los pies)

Pone la mesa

(todos los otros hermanos buscan,

al unísono,

 « algo que hacer »

para no acudir en su ayuda)…

 

El padre,

Comodamente sentado,

Esperando ser servido,

Ejerciendo sus derechos

De jefe de hogar que su cultura

Por generaciones le ha dado,

Balanceando una taza vacía de café en una de sus manos,

Cansado después de un día pesado de trabajo

(limpiando oficinas y baños que otros,

que hablan bien inglés, han ensuciado),

Semi-dormido,

Con los ojos cerrados,

Finje ver y escuchar las noticias en la tele,

Las cuales son narradas en inglés,

Idioma que poco entiende,

No habla

Y aún menos quiere...

 

La madre,

Sirvienta de todos,

(manteniendo la tradición familiar),

Mostrando el cansancio acumulado

Por generaciones y

A través de su vida de casada

Sobre su espalda, sus hombros y su rostro,

Se afana con los últimos detalles

De la cena

(sin la ayuda ni la simpatía de nadie,

sólo con un poco de asistencia

de su hija mayor,

que nunca deja de arrastrar los pies)...

 

El perro regalón de la familia

Después de haber degustado

Su comida vespertina

Que fuera cocinada

En una fábrica

Con restos de carne de vaca,

Pollo, cordero y canguro

No útiles para el consumo humano,

Echado en su rincón favorito,

Bosteza,

Preparándose para dormir

Su cuadragésima siesta ...

Siguiendo la ya establecida rutina,

Terminan las noticias,

Alguien apaga el televisor,

Ese mismo alguien pone un CD

Con música suave de origen indefinido,

Venida de cualquier parte,

Todos se sientan

En sus asientos permanentemente reservados

Alrededor de la vieja mesa

Que la familia adquiriera

(de segunda o tercera mano)

En una de las tiendas baratas

(que ahora se han encarecido)

del Ejército de Salvación...

 

La familia come en silencio

El ya típico menú del día martes

Sin mayor entusiasmo:

Nadie felicita a nadie

O da las gracias

Por lo cocinado,

Nadie le habla a nadie

Acerca de nada.

Sólo se escuchan

Los ocasionales sonidos

Que hacen los cuchillos,

Los tenedores, las cucharas

Al rascar los platos,

Y los vasos

Al chocar con la jarra del agua

O

Una que otra boca

Mal educada,

Al masticar

(el hermano menor come

con los oídos

taponeados por la música

proveniente

de su toca CDs

heredado de su hermano mayor,

quien ahora tiene un « iPod »);

el mayor cena

con los ojos pegados

a un libro de texto

que poco comprende,

pero

que tiene que estudiar...

 

Una vez que el rito

Ha concluido,

Todos se ponen de pie

Y diciendo menos que nada,

Nuevamente

Sin darles las gracias a nadie,

Sin despedirse de nadie,

Se retiran a descansar…

 

La hermana mayor,

(que sigue arrastrando los pies),

Retira los platos,

Recoje el mantel,

Limpia la mesa.

Todo ésto

Mientras lanza algunos

Tímidos suspiros,

Cada uno acompañado

Por pequeñas pausas

Y breves pensamientos

De lo que su vida

Podría haber sido

Si no hubiera nacido la hija mayor,

Si hubiera nacido hombre :

Su cara es el retrato perfecto

De la resignación...

 

La madre y su hija mayor,

Grandes amigas,

Lavan todo lo que hay que lavar,

Todo lo que se ha ensuciado

Al cocinar y comer,

Mientras juntas suavemente tararean

En su idioma materno,

Como en un susurro,

El último éxito musical

En su país de origen

De hace quince años atrás

(El perro familiar

cerca de ellas revolotea,

esperando que le den

los pocos restos de comida

que en los platos

han quedado)...

 

Un par de horas después

De haber terminado la comida,

El silencio del departamento,

En cada dormitorio,

Se contamina con el ruido

De algunos bostezos,

De la suave música proveniente

De una radio de velador,

De los rasgueos inciertos de una guitarra

Desafinada y afónica,

Del quieto silábeo

Del hermano mayor

Que continúa leyendo

Con dificultad

Y sin mucho comprender

Su libro de texto,

Y uno que otro ronquido

(el hijo menor

trata de quedarse dormido

con los oídos

aún taponeados por la música

que escapa del viejo toca CDs)...

Hoy,

Como todos los días,

Nadie le contó nada a nadie,

Nadie le deseo a nadie

Unas buenas noches,

Nadie le dijo a nadie

Hasta mañana...
 

Cada miembro de la familia

Vive su vida :

Esta es una familia típica

Del siglo veintíuno en Fairfield,

Todos viven juntos,

Compartiendo el espacio

De un departamento,

Disfrutando de su soledad individual... 

Epílogo :
 

A la mañana siguiente,

La misma historia se repite al desayuno...
 

Después,

Todos,

Menos la madre y la hija mayor,

Se marchan en distintas direcciones,

A lo largo y ancho de Sydney,

Caminando,

En sus coches

O 

En el metro
(que aquí llamamos tren)

Para ir a estudiar o a trabajar,

Nuevamente

Sin despedirse,

Sin darle las gracias a nadie

O

Desearle a nadie un buen día... 
 

Todos se alejan del departamento,

Soñando con el día

En que puedan vivir

(independientes de su familia)

Como viven los « gringos »,

Como viven los « verdaderos australianos »,

Como viven « los dueños del país »,

Como viven los que hablan inglés...

 

 E. Owen

 

 

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