LAS CUATRO NARANJAS POR EDUARDO OWEN
Con alas de colibrí prestadas
Con los ojos empapados en ilusión
Por un par de décadas
He volado de la punta de las raíces más pequeñas
Al extremo de las hojas más grandes
De un árbol triste y solitario
Que no ha dejado de mirarme
Desde el patio de mi casa:
No conocí a su madre semilla
Llegó a mi lado siendo un adolescente
Cargado de sueños y proyectos de naranjas
Que nunca nacieron
Que nunca llegaron a vestir sus cascaras
Las lluvias traicioneras
Acudieron a sus citas ocasionales con las nubes
Mas por más de nueve año el sol clavó sus puñales
En el pecho y la espalda del débil árbol
Mientras éste yacía casi en el suelo
Muerto de sed:
La sequía
Mal de males
Había inmigrado a Australia
Desde los desiertos más áridos del mundo
En busca de ríos y lagos que secar
En busca de animales y plantas silvestres que diezmar
Al árbol anémico
Los años
Sus estaciones más cálidas
Varias veces le trajeron unas pocas flores
Nunca en ramos ni coronas
Pero nada más:
Un día de semi-verano
Cuatro naranjas estiraron sus manos
Y se colgaron de sus ramas
Para lentamente trasladarse
Del verde de García Lorca
Al color naranja de Van Gogh
En los veinte años
En que el naranjo ha compartido
Su crecer con mi envejecer
Sólo le ha entregado cuatro frutos
A su tronco a mis ojos y a mi espíritu:
El resto de su vida de vegetal
La ha pasado tejiendo sueños
Pintando fantasías en el cielo
De naranjas jugosas y dulces
Y mermeladas
(Y yo
Desde el otro lado de la ventana
Más de una vez
Lo he visto llorar de impotencia y frustración…)
©Eduardo Owen
0 comentarios