MIENTRAS DORMIAS
La casa estaba en llamas que se extendían ahora por el dormitorio. Lucila Quesada dormía en su cama. La imagen fulgurante del fuego, la despertó. El calor se hacia insoportable; las llamas la amenazaban. Un desagradable olor acre invadía el cuarto. El miedo, el humo sofocante, el dolor de su piel que ardía. L a dificultad para respirar era cada vez mas intensa. Con esfuerzo logro reprimir la tos, para no a vivar el fuego.
De pronto oyó un estallido de paredes que crujían y comenzaban a ceder. El techo se desplomó y las llamas ennegrecidas por el humo, cobraban mayor altura. Lucila recordó la profecía “todo se extinguiría por el fuego” .La casa estaba aislada y afuera caía una gran nevada. Se pasó las manos por la cara frotándose los ojos, no solo oía la ferocidad del fuego sino también los gritos que salían del resto de las habitaciones. Eran prisioneros de las llamas. Que se abalanzaban ahora sobre ella. Un cambiante monstruo rojo. Las llamas avanzaban sintió el ardor insoportable y cerró los ojos. Las llamas se alzaban rugiendo. De lejos el ruido de las cadenas en las ruedas del camión de bomberos que patinaban sobre la nieve se mezclaba con el rescoldo de la casa que crujía desplomada Una bola roja brillante, de fuego y humo, sobre la nieve, era lo que quedaba del psiquiátrico.
©Carmen María Camacho Adarve
4 comentarios
carmen maria -
Muchos abrazos
Mª Carmen -
carmen maria -
Saludos
Rubén Silva -