HABLANDO DE LIBROS. HARMONIE BOTELLA: "LA ESCRITURA ES EL ÚLTIMO BASTIÓN DE LA COMUNICACIÓN
Francisco Javier Illán Vivas. Subdirector de VMPress.
Harmonie Botella nació en Casablanca, Marruecos, trasladándose después a Toulouse, Francia. Ahora reside en El Campello, Alicante, aunque pasa importantes temporadas en Francia. No es para nosotros una desconocida, como comentaba la pasada semana en Acantilados de Papel. Es, además, colaboradora de Vegamediapress.com, donde ha publicado varios artículos de opinión. En su faceta literaria ha publicado Ojos que no ven, Otros caminos, Algunas mujeres y Cuentos para Rubén y Malena, cultivando en ellos el relato, la narrativa, el cuento y la poesía. Es presidenta de la Asociación de Nuevos Escritores de El Campello, ANUESCA. También lo es de la Asociación Española de Afectados por Cirugía refractaria y de la ONG: LAPICES.
Pregunta: La primera pregunta está relacionada con su propia biografía. Presidenta de ANUESCA, donde organizan anualmente un encuentro de poetas y escritores en beneficio de asociaciones humanitarias; Presidenta de la Asociación Española de Afectados por Cirugía Refractaria; escritora, poeta,... colaboradora de bastantes medios de comunicación. ¿De dónde saca tiempo Harmonie Botella?
El tiempo no se saca. El tiempo se diluye de una forma especial. Mi tiempo no es el de mi vecino ni el de mis amigos.
Yo escojo un tiempo marcado por la escritura, la lectura, la acción, la solidaridad, mi familia, mis amigos y ...mi perro.
Si hubiera preferido trocar este valioso don de la providencia, del cual disponemos todos, en mirar la televisión, ir al fútbol, jugar al póquer o ir de tiendas es muy evidente que no podría hacer todo lo que hago.
El tiempo es un tesoro, es mi vida. No me gusta malgastarlo e invierto en él mis prioridades. Un tiempo desaprovechado es para mí un tiempo vacío. Llamo tiempo desaprovechado lo que no me gusta o me molesta: conversaciones sin interés, esperas inútiles... todo lo que me no aporta nada interiormente o me aburre
P. Y todo ello, como usted dice, por amor al arte. ¿No le parece demasiado amor?
Según de que punto de vista lo miremos. Ya sabe usted que desde que me operé no puedo dedicarme a lo que me gustaba: la enseñanza. No doy clases, no preparo exámenes ni temas de discusiones para mis alumnos. Tengo bastante tiempo libre y lo dedico a lo que me gusta: las relaciones humanas, la solidaridad, la escritura. Todo lo que hacía a menor escala anteriormente.
Tengo el privilegio ( a pesar de las grandes dificultades causadas por las 12 intervenciones que padecí) de ser una jubilada joven que quiere aprovechar la vida y germinarla de la mejor forma posible ayudando a los que lo necesitan.
Mis actividades no me aportan ningún beneficio económico ( al contrario) pero si una inmensa satisfacción. Soy más rica interiormente que el empresario que amasa y cuece millones a lo largo de su vida.
Puede ser que un día cese mis acciones voluntarias y solidarias: Será el día en que me de cuenta que tengo que retomar las riendas de mi vida para escribir con más dedicación.
Creo que la expresión de amor al arte no está justificada. Hasta ahora todas estas experiencias vividas fueron muy gratificantes. Este provecho en amistades y relaciones humanas es mi mejor jornal.
El día que se esfumen estos honorarios me replantearé a lo mejor restringir mis actividades.
P. Su primera obra publicada, Ojos que no ven, usted empezaba un camino que parece fijo en su creatividad literaria: desnudarse ante el lector, por que en aquella obra nos narraba su agobiante paso por los quirófanos.
Siempre digo que empecé Ojos que no ven como un diario para fijar en el tiempo y en el espacio esta malograda historia en los quirófanos. Esta semblanza era como un erario para mí, era la huella física de un dolor intenso e incomprendido que no podía compartir porque en esos momentos nadie podía concebirlo, excepto los que habían pasado por el mismo trance.
Quería desvelar una parte oscura que no explicaría en ningún juzgado porque a lo mejor me hubieran tachado de difamadora. Ha sido mi forma de condenar a unos señores impunes que siguen operando. Ha sido asimismo una forma de contactar con centenares de personas que me han llamado por teléfono, me han enviado un e-mail para expresar que ellos estaban embarcado en un idéntico barco.
En otros relatos, desnudo a mis protagonistas, protagonistas que han evolucionado delante de mi pluma de tinta morada. Los despojo de las capas de sufrimiento o de olvido para que aprendan a ser ellos mismos.
Una cosa me hizo mucho reír el año pasado cuando publiqué el relato: El Traidor dónde un hombre recuerda las vejaciones físicas sufridas durante su infancia. ¡Un conocido, con cara de circunstancia, me compadeció por haber sido violada! Tuve que explicarle que no había sido violada... ni tomaba drogas, que mis relatos nacían de la realidad... pero que a veces estas circunstancias no eran mías.
P. Recuerdo que, cuando leí Algunas mujeres, que tuve el placer de presentar en Murcia, en los retratos de mujer que contenía, había bastante de usted.
El primer relato de esta serie de narraciones de Algunas Mujeres es parte de mi vida. Los otros relatos de mujeres son ficciones enraizadas en la realidad. Generalmente parto de un hecho real que disfrazo para que nadie pueda reconocer a la protagonista y bordo con los hilos que deseo su trayectoria. Es otra forma de denunciar lo que no me gusta, lo que me atrae, lo que me impacta.
Cuando era niña me encantaron los Caractères de La Bruyère y como no sé pintar ni dibujar utilizo mi pluma para desvestir a los que se esconden.
Sigo aún haciendo este tipo de retratos en un libro que saldrá un día de estos.
P. Y, ahora, nos presenta un poemario, Y me desnudo lentamente, donde su prologuista, Áurea López, escribe que sus poemas nos conmueven con la fuerza que transmiten los versos escritos sobre sus preocupaciones y sentimientos. ¿Cuánto hay de Harmonie en este poemario?
“ Escribir es mentir bien”.
Puede ser que todo el poemario sea mío. Esto habría que preguntárselo a un sicoanalista.
Todos los poemas tienen una estrecha relación con lo que siento, pienso y veo.
P. Cuando se entrega un libro al editor, siempre queda algo que debería haber estado en él, pero no fue así. Ahora, con él en la mano, ¿qué poema o poemas echa de menos Harmonie?
Un poemario nunca se acaba. Faltan las poesías que escribí después y pertenecen a “Cuando murió el poeta”.
P. Estas palabras no son mías, pero me gustaría que las comentara: la autora se califica como una artesana de la palabra.
Recuerdo esta frase, la escribí en este mismo poemario. Creo que los que rasgueamos el papel tenemos que esmerarnos, tenemos la obligación de trabajar las palabras al igual que un escultor tala su obra.
P. El último poema, el que da título al libro, me ha conmovido especialmente. Permítame preguntarle por él, pues dice muchísimas cosas, profundas, y duras.
Este poema nació casi solo, hace dos años, cuando una semana después de un segundo desprendimiento de retina, tuve una pequeña parálisis de la mano y brazo izquierdo. Ciega de un ojo e impedida del lado derecho me veía adentrándome en una vejez precoz.
Mis ánimos estaban desmoronándose a pesar de repetirme día tras día que esto no era nada, que todo se solucionaría. Encadenaba frases positivas a largo del día y reflexioné sobre mi destino. Mi fuerza no estaba en mi cuerpo sino en mi cerebro y pasara lo que pasara mis neuronas seguían intactas.
P. Novelista, narradora de relatos, poeta, articulista, ¿dónde se encuentra más a gusto?
Estoy mucho más a gusto narrando relatos, siempre lo he hecho.
Me encanta también redactar artículos basados en la investigación de casos sociales o sicológicos...
Todo lo escrito me seduce.
P. Esta es una pregunta que forma parte de mi repertorio, casi permanente, que formulo a los poetas que entrevisto, y no quiero dejar de hacerlo. Dígame, en el mundo de las prisas, de las PlayStation, del iPop, de la televisión en HD ¿qué sentido tiene la poesía?
Tengo que decirle que desconozco la Play Station, el jPop y el HD. He visto hace años personas pasarse horas delante de la Play y el mero hecho de verlas me ha aburrido y angustiado. En cuanto a la tele... no hablemos. Así que pienso que la poesía y para generalizar la escritura son los últimos bastiones de la comunicación y de la belleza.
P. Vamos terminando, pero no quiero tampoco dejar de preguntarle por aquella experiencia que se vio obligada a vivir cuando un determinado editor, y ciertos especialistas en medicina, la amenazaron. Recuerdo que fue por su propia personalidad combativa, por no rendirse, incluso por su afilada pluma.
No entiendo como una persona que ha sufrido un percance, se calle y actúe como si fuera culpable de dicho revés. Me parece normal y lógico pedir reparación moral por los hechos padecidos y es lo que hice. No me considero como una persona combativa por eso motivo.
Esta pregunta se parece un poco a la primera sobre la noción de tiempo.
A lo mejor el combate es tan inherente a mi persona que lo considero normal.
Tengo que subrayar que si no he vuelto a pronunciarme sobre ciertos malos resultados relacionado con el tipo de intervención que soporté, no quiere decir que esté de brazos cruzados esperando que un Dios todopoderoso solucione este asunto. Hay demasiados jóvenes que pasaron por el mismo problema y hoy día no pueden trabajar y no tienen medios para subsistir. Nadie se ha encargado de remediar esta situación y opino que el estado tiene que hacer algo al respeto.
P. Desde la asociación ANUESCA convocan anualmente un encuentro de poetas y escritores, que se celebra en El Campello. ¿Cómo marcha la organización de este año?
Bueno el plazo se acabó el domingo y el comité de selección se reunirá el 14 de Junio para designar a los seleccionados que participarán en el VII Encuentro a beneficio de Manos Unidas en Noviembre
P. Para terminar, otra pregunta clásica, como esta sección se llama Hablando de libros, el futuro de ellos ¿cómo lo ve la filóloga románica?
Creo que el futuro de los libros está muy comprometido por el avance de las nuevas tecnologías que mencionó usted anteriormente. Los seres humanos se dirigen a lo más fácil: sentarse en un sillón y esperar que les bombardeen con imágenes y ruidos sin tener que aportar ningún esfuerzo intelectual.
La pasividad obtusa conduce al hombre hacia su propia desvalorización y falta de juicio a la hora de opinar y claro esto es un punto a favor de todos los dirigentes que prefieren arrastrar a una manada de individuos indoctos.
Los padres tenemos una gran labor y un gran deber: acercar a nuestros hijos a la lectura, dándoles el ejemplo, claro.
Ahí está el futuro de los libros.
Muchas gracias.
Gracias a usted.
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1 comentario
Francisco Javier Illán Vivas -
Gracias por hacerse eco de la entrevista.
Un saludo.