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TEMAS BLOG OFICIAL DE LA POETA Y ESCRITORA andaluza Carmen Camacho ©2017

JAÉN

JAÉN JAÉN

No la conozco ya no es una ciudad.  Solo zanjas y agujeros por todas partes, protegidos con altos muros de lata, que obligan a caminar en fila como oscuros laberintos donde dicen que se esconde los sueños.

En una plaza nueva ha quitado los bancos y los parterres para plantar en el centro una gigantesca carpa blanca que llaman popularmente (por las fechas que estamos) “la carpa-Belén”. A donde para según dicen “subir la autoestima de los ciudadanos” se exponen maquetas antiguas que representa las nuevas obras concluidas (falta una de esas maquetas la de un parque).  En la carpa regalan camisetas de algodón –de manga corta- caramelos, bolígrafos y globos.  Para endulzar y demostrar lo bonita que llegara a ser un día la urbe (antes de las elecciones.  Jaén la están rehaciendo en los subterráneos, quizás para que no veamos ya mas lo que quedo fuera.

No se si en la carpa-Belén los niños encenderán algo, los mayores reconocerán algún rincón perdido, en las maquetas y los planos que allí se pueden ver y que han traído estos lodos en lo días de lluvia y este polvazo en lo días que traen sol, aunque es un sol de invierno.  Desconozco si vendrá de lejos de otros gobiernos, ni quien es el responsable de esta anatomía del desastre.  Lo que se, es lo que se ve, Jaén parece una ruina, un pozo negro, apocalíptico.  Si, se que me parece un agravio para los corazones de los jaeneros, para los que amamos esta ciudad.

De cómo están las calles, es lo que hay, con sus “disculpen las molestias”; Zanjas terrosas, grietas, chapones, especulación urbana vendida como servicio publico.  Chapuza urbanística y cultural.  El gobierno municipal dice que todo va a quedar de maravilla y que además lo de las obras no es solo asunto de ellos que esto es de herencia.     Que les importa la ciudad, creo que muy poco, y si de algo se preocupan es por salir en las fotos de prensa, y en los informativos territoriales donde posan con sonrisas llenas de tolerancia y políticamente correctas cuando inician la apertura de un nuevo agujero.

Pasear por sus calles, se convierte en un acto temerario con tintes suicidas, las calles con sus tripas abiertas, el aire, contagian al aire y no se respira bien.  Hay que contar con el corazón de la gente.  Con su tristeza, por que en donde antes hubo, fuentes, calles, plazas, rinconcitos bellos ahora solo son zanjas.

Las fotos, el destrozo de las losas de la plaza para instalar la “carpa”.  No justifican el medio por el fin de una ciudad hermosa.  Nadie pide cabezas ni se buscan culpables.  Solo queremos una ciudad.  Jaén.

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